14 de abril de 2009

La Bandera de Suiza es Roja, Rojita

En estos días tuve que ir con mi abuela a otra clínica, ya que el día que le tocaba control con el oncólogo, al doctor le dió diarrea y no pudo atender sus pacientes, así que nos refirió para la otra clínica donde el trabaja en la semana. Esta es si se quiere, más modesta, en cuanto a tamaño, aunque igual de buena. Vive full de pacientes, sobre todo del interior del estado, que vienen acá porque no disponen de suficiente dinero para costear las consultas en el otro centro. Desde que llegamos, me pareció una clínica innovadora, no sólo por tener equipos nuevecitos de paquete y tratar a los pacientes de escasos recursos de manera humana y no cerrarles la puerta por no tener dinero, sino al contrario, entender que son personas en necesidad de apoyo en todos los sentidos. Otra cosa que me llamó la atención es que había una señora que pasaba a cada rato con una bandejita con café, chocolate y manzanilla. Me moría de ganas por lanzarme un café luego de haberme trasnochado leyendo "La Rebelión de las Masas", de Ortega y Gasset, pero como esa vaina mancha los dientes y de paso soy hipertenso, me hice el musiú y me tomé una manzanilla, que estaba endulzada con miel y no con asquerosa Splenda (guácala, guácala).


Y nada, entre hojear el periódico buscando ofertas de empleo y conversando con mi abuela se pasaba el tiempo de lo más relajado hasta que un señor se sienta frente a mi en el pasillo y me pregunta "Disculpe señor, ¿usted es judío?". Mirándome los tzitziyot que salen por la orilla superior de mis jeans, la hamsa de plata con un ojo de aguamarina que era de mi bisabuela y que me cuelga del pecho y acomodándome la kipá srugá con el logo de Beitar Jerusalem, le digo "eh, si señor, soy judío" y de repente el silencio se apoderó del pasillo, como si en ese momento todos se comunicaran por telepatía y se pasaran el chisme. Al lado del señor quiboreño estaba sentada una mami, pero una mamasita tipo las de Ají Picante, así con sus boobies repotenciadas tipo chica prepago, que parecía una autómata (por no decir babieca) pegada a su BlackBerry. De paso, suena mi teléfono, y es mi amiga Hagit, quien literalmente NUNCA me había llamado en su vida, y de paso sólo habla hebreo, lo que evidentemente inició una conversación telefónica en hebreo que hace que todos enfoquen sus miradas hacia Esteban. De pana, me sentí medio incómodo, pues siempre he pensado que es de pésima educación hablar en un idioma delante de personas que no lo entienden. De inmediato el señor, de unos 40 y tantos, me pregunta, mientras hojea un ejemplar del diario gubernamental VEA, mi opinión acerca la decisión de los tribunales en el caso de los comisarios de la PM y de los 8 funcionarios por los eventos del 11 de Abril de 2002. Naturalmente y sin pensarlo dos veces, le digo que esa decisión, para mí, estuvo sesgada y fue una decisión que venía preempacada desde Miraflores. El caballero, mirándome como si yo comiera jabón, me dice "sié, ¿Y es que usted no se da cuenta que por fin en este país se está haciendo justicia?". "¿Aló? ¿Dónde están las pruebas? Sólo unas fotos que ni siquiera eran del 11 de Abril sino del de Mayo, una señora en muletas que decía que le habían caído a tiros, cuando los exámenes indican que esa señora nunca en su vida ha tenido balas en su cuerpo y de paso, los muertos fueron con armas tipo 9mm, cuando la PM disponía sólo de revólveres y se verificó con experticia que sus armas nunca fueron disparadas ese día? Ah, y de paso la señora dice que ella recibió los tiros por amor a Chávez. ¿Qué es eso?"


El señor, en actitud un poco desafiante, y agarrando fuertemente su ejemplar del diario VEA, como si le fuese a dar fuerzas para derrotar al enemigo, me dice "Todo eso que usted dice son inventos de Globovisión, Radio Caracas y los otros medios Oligarcas cuadrados con El Imperio para tapar la muerte de tantos inocentes por parte de esos asesinos a sangre fría". Mi ceja izquierda estaba ya tan levantada que casi tocaba la parte de arriba de la frente. Le pregunté, muy decentemente "¿Asesinos? ¿Walla? A ver, y que pasa con el concejal Richard Peñalver, que todo el pais lo vio disparando?". El señor, apretando más fuertemente aún el periódico, me responde "No lo llame asesino, el estaba defendiendo al pueblo"."¿Disparando pa'bajo, donde venía la gente marchando? Si, como nié!" Ahí el señor de vaina rompe el periódico de tan duro que lo tenia estrujao y me dice "Ese no es el pueblo, chamo, esos eran ustedes los oligarcas del sureste de Caracas, los ricos, que disfrazados de pueblo frente a CNN querían la cabeza de nuestro comandante".


No me aguanté. "¿Los oligarcas del Sureste de Caracas? Señor, si yo fuera oligarca, le aseguro que estaría tratando a mi abuela en el Mount Sinai Medical Center en Miami, en el Hadassah en Jerusalén o en el Beth Israel en los Niuyores, y me habría evitado esta conversación tan caústica y poco productiva. Y por cierto, sin tanto asco le da a ustedes los chavistas el sureste de Caracas, explíqueme por qué gente del gobierno, como Rafael Ramírez, por ejemplo, se compró una casota a todo trapo en Macaracuay que le costó 2.5 millones de dólares. Ese no es el sureste de Caracas? O es que ahora eso también es Catia?". Ya ahí el caballero empezó a titubear, y con cierto pegue de platinos me responde, "No, no, lo que pasa es que ustedes le tienen envidia a los líderes de la revolución porque el pueblo los escogió".


Pensé que la chica del BlackBerry al menos le lanzaría alguna punta, pero la chama estaba transportada a otra dimensión chateando con quien sabe quien. Agarré aire y luego de carraspear, le dije al señor, "Mire amigo, yo tengo entendido que el socialismo es la igual repartición de la riqueza, y de pana, por mi Rafael Ramírez y quien quiera en el PSUV se puede comprar todas las casotas que les salgan del forro, siempre y cuando no lo hagan con un dinero que en parte es mío, porque yo soy tan o incluso más venezolano que mucha de la gente que está amasándose las nalgas en Miraflores y en la Asamblea Nacional, sin olvidar la Gobernación y la Alcaldía de Iribarren. Y por otro lado, usted dice que el pueblo los escogió? A ver, con cuantos votos es que fue electa la jalabolas numero uno del chigüire, Cilia Flores? Cuarenta mil? Cincuenta mil? Compárelo con los 800 y pico mil de votos que obtuvo Antonio Ledezma para ser alcalde metropolitano, y eso que nadie del PSUV creía que el iba a ganar y se llevaron tremendo coñazo..¡Ahora dígame quien tiene más legitimidad!". Silencio absoluto.


Al rato salió la chama de los cafecitos repartiendo galleticas de soda con una cremita de atún. Dudé por un momento si estaba en una clínica, en una funeraria o en una reunión de Stanhome, y la chica de las tetas envenenadas era la demostradora, porque se lanzó como cinco galleticas embadurnadas de la salsita de atún, que olía bien sabroso, por cierto. En una de esas estoy volteando el periódico, y veo un aviso de un evento de la Asociación de Damas Suizas, y le pregunto a mi abuela si quiere ir al bazar a ver que hay. El amigo de Quíbor, más salío que un balcón, dice que siempre ha admirado a Suiza porque es un país socialista. Mi abuela me mira con cara de incredulidad y luego lo mira a el con cara de "Ay pobrecito, ni sabe de lo que está hablando".


Yo, aún extrañado por el comentario, digo "¿Hello? ¿Suiza Socialista? Señor, si la Confederación es un país federal desde 1291, y el federalismo y la autogestión de las regiones es incompatible con el socialismo, ¿Por qué dice eso?". El tipo, ya con cara de arrogante otra vez, me responde con una pregunta un tanto disparatada: "Bueno, y por qué usted cree que la bandera de Suiza es roja?". No pude evitar sonreír para no mearme de la risa, y le pregunté "Ajá, más o menos, ¿Y desde cuando el color rojo es símbolo exclusivo del socialismo? Discúlpeme, pero creo que está meando fuera del perol, la Confederación es un país donde cada cantón es autónomo en casi su totalidad, donde toda competencia no atribuida expresamente por la Constitución Suiza a la Confederación pertenece a los cantones, que a su vez deciden qué competencias asignan a sus municipios. No como aquí, que vamos como el cangrejo, pa'trás, quitando las atribuciones de las regiones y haciendo que cada día las decisiones se concentren más y más en Caracas, donde no tienen ni puta idea de los problemas que tiene la gente en Mapararí, Boca de Mangle, o Pampanito. Ah, y de paso, el presidente de la Confederación Suiza lo es por solamente un año.."


Al rato se me prendió el bombillo. "Señor", le pregunté, "Rega, ¿No será que usted está confundiendo a Suiza con Suecia? ¿Porque en Suecia el modelo socioeconómico es socialista, los suecos encontraron la manera de lograr el más alto niveles mundial de igualdad social sin coartar el espíritu innovador o empresarial". "¡Ah si! ¡Ese, ese!", me respondió el amigo con efusividad. "Pero déjeme decirle algo, en Suecia hay una monarquía, que es la forma más decadente de lo que usted con tanto asco llama Oligarquía, y es más, son descendientes de un mariscal de campo de Napoleón Bonaparte, ni siquiera son suecos". El tipo, ya incrédulo, me pregunta si es que yo lo estoy vacilando, porque en un país socialista no puede haber una monarquía, que seguro lo estoy inventando. Le respondo muy amablemente que "Si, señor, la dinastía Bernadotte es la casa real de Suecia, y que ese sí es un modelo socialista que deberíamos tomar, porque allá hay seguridad social a todo trapo, economía pujante y con verdadero desarrollo endógeno, alta tecnología, apoyo a la investigación y de paso, todo el mundo tiene un Volvo o un SAAB". La chama de las boobies repotenciadas por fiiiiin salió de su aislamiento con el BlackBerry, se cagó de la risa y me dijo "Ay habibi, quieres mi PIN?"