21 de junio de 2009

Bulguel Kin

En otro de mis innumerables viajes a la ciudad de Caracas para alguna entrevista de trabajo, decidí irme en carrito por puesto pirata por 86569783 razones, entre otras:
  • El tiempo, porque los Frigoríficos Ejecutivos (Aeroexpresos Ejecutivos) tardan hasta 8 horas, a pesar de que ellos dicen que el viaje tiene una duración "aproximada" de 5 horas y media y uno termina con el culo más aplastao que una cachapa. Además, en un carrito por puesto, si uno tiene suerte y le toca un chofer que veía mucho a Meteoro de carajito, llega rapidito en 3 horas y media cagado, y no de la risa precisamente.
  • Los carritos por puesto "legales" no tienen aire acondicionado y hamud, sin aire acondicionado viajar por carretera saliendo de Barquisimeto al mediodía es un machorreo total y absoluto, a menos que uno vaya pa' la playita, lo cual definitivamente NO era el caso.

Pues nada, hice mi maleta y me arranqué p'al terminal, el cual cada día está mas sucio, más lleno de huecos, basura y de borrachitos, mendigos y trabajadoras sexuales, incluso a plena luz del día. Y de pana no se cómo se les ocurre estimular el turismo nacional con unos terminales que son más peligrosos que un mono con hojilla. Pero en fin..a esperar que se termine de llenar el carro. Sólo a mi se me ocurre irme de de viaje con un chofer que NPI tenía de como salir del Treminal de Barquisimeto a la Avenida Venezuela, o sea, aló! amigo, ¿pa' que vives? Mis compañeros de viaje, además del citado chofer eran un militar, un viejito con la gorra de la nueva PDVSA y una chama con su niño de 3 años en las piernas que iba en el asiento de adelante por razones de espacio y comodidad. Estaría hablando paja si me pongo a decir que el viejito se metió conmigo; para nada, el iba como en la cédula.

Ah, pero el militar no! Empezó a sacarme conversa, que que era eso que yo estaba leyendo (Tfilat hadérej) y por qué, que de donde venía mi familia, que a que me dedicaba..estaba como muy preguntón, hasta que me ladillé de la preguntadera, saqué el iPod
y me puse a oír música. De repente el militar sacó una latica amarilla de una de las botas de su pantalón, debajo de la media; era una latica amarilla con un tigrito pintado y me ofreció. Yo pensé que era mentol, chino pero no entendía para qué, si veníamos con aire acondicionado full y nadie andaba moqueando. Resulta que no era mentol. ¡Era chimó! De pana que ese ofrecimiento era el que menos se me había pasado por la cabeza. Me han ofrecido perico, un jalón de monte, éxtasis, tragos..pero, ¿chimó? Y ¿un militar? ¡¿Aló?!



Bueno, seguimos el viaje de lo más normal, aunque en la parte de atrás del Siena no cabemos tres adultos cómodamente; de pana y todo, íbamos como sardinas en lata, aunque sin llegar al extremo de ir con el cachete pegao al vidrio como suele suceder en el Metro en horas pico. Me causó mucha gracia que el chofer, un carajito de no más de 25 años, sólo ponía música ochentosa en el carro,
desde Fernandito Villalona y las Chicas del Can, hasta Madonna cantando Holiday y A-Ha. O sea, cero reggaeton y sobre todo, CERO VALLENATO!! Wiiiii!

Algo que me pareció curioso fue que
no habíamos llegado a Maracay y ya habíamos visto tres choques en la vía, y uno de ellos era tan mamarrúo luego de subir por Trincheras, que la cola era de 4 Kilómetros, según Victoria 103.9 FM, y lo peor del caso era que no habíamos hecho la parada, y yo más gallo que no comí nada antes de salir y estaba torcido del hambre. Lo único que quedaba para pararnos era el Burger King que tenia la bomba PDV que estaba en medio de la cola. O sea mas taref, imposible! Pues ni modo, al menos un refresquito me puedo comprar, además de aprovechar de cambiarle el agua al canario. Senti que lentamente mi medallita de Kosher for Passover que tanto me había costado se desvanecia a medida que el olor a tocineta invadía mis pulmones mientras entrábamos al Burger King. El señor de la gorra de La Nueva PDVSA y el miltar del chimó se quedaron afuera fumándose un cigarro.

Detras de mi habia un par de chavistas en la cola, más escandalosos que una pelea de gallinas. Yo los había visto cuando nos bajamos del carro, venian en una camionetica HiLux de la Alcaldia Bolivariana Mesma del Municipio Libertador. Eran un tipo y una tipa oxigenada, catira ajuro pues, con su larga y horquetillada cabellera teñida de un esplendoroso y para nada discreto Rubio Intenso Paraulata Llanera 333 de Koleston. y con más cadenas y anillos de oro encima que una joyería en La Francia. El tipo, más pinta de malandro no podía tener! El propio tuki! De repente, mientras esperaba mi turno para comprarme un refresco, el tipo saca su BlackBerry y empieza a hablar du-durísimo con alguien por teléfono. Le decía "Jeffelson? Mi pana, apúrense! Sálganse de la cola y metan la camioneta po'la tierra hasta que lleguen al Bulguel Kin, nosotros ya estamos aquí pidiendo. Pero es pa'ayel, tenemos bulda'e filo. Mira! Aquí ya está el panita Willian con la jevita d'el. Mueve ese culo!".

Nunca entendí por qué estos hiperchavistas (el tal Willian y su machuque) estaban jartándose (y con fruición) en uno de los establecimienos de comida rápida más emblemáticos del imperio, aunque bueno, este no era el del payaso insoportable que tanto me recuerda a Pennywise the Dancing Clown de "It", de Stephen King. No pude resistir la tentación de iniciar un conflicto, y de una le pregunté al amigo de Jeffelson si sabían que donde estaban era un restaurante de comida rápida de una cadena norteamericana,del imperio mismo. El panita, visiblemente ofendido por mi retórica, se esponjó como un pavo y me dijo "Y es que eso es peo tuyo, mi pana?". "Listo, cayó", me dije, y empecé con una de las mías: "Bueno amigo, si el gobierno al que usted representa con tanto orgullo y de paso con peculado de uso, porque no creo que hayan trabajado este fin de semana en la playas de Carabobo. Digo, a la dama que lo acompaña se le nota a leguas el traje de baño por debajo de los cacheteros traslúcidos y de verdad, hasta donde yo sé, la Alcaldía Bolivariana de Libertador no tiene costas marítimas, a menos que ya hayan hecho al Guaire apto para bañistas como prometió Chávez hace...coño, unos cuantos años van de eso". Por supuesto, lo dije a pleno pulmón y me cuidé de modular correctamente cada palabra sin comerme letras (como buen guaro que soy, tragándome todas las letras) para que toda la concurrencia del restaurant se diera cuenta. Obviamente, TODOS voltearon a ver que pasaba. El panita Jeffelson definitivamente carece de inteligencia emocional (y creo que de los otros tipos de inteligencia carece también) porque empezó a vociferar que "los escuálidos no se cansan de jodel a uno cuando uno está tranquilito". Esta vez tuve ayuda, porque salió una chama con unos lentesotes grandotes en la cabeza (y mas bronceada que Paulina Rubio) que estaba en la cola y le dijo "pero mira, el chamo aquí tiene razón, Burger King es de gringos, o sea, tú le estás llenando el bolsillo a unos gringos cada vez que comes acá. Y no que para ustedes todo lo gringo es wácala?". El panita se le fue encima a la chama (era grandote, parecía una nevera marrón) pero oh! craso error! Le salieron como mil mujeres encima a gritarle "chavista de mierda, le vas a pegar a una dama?", "animal!" "Pinta un bosque y piérdete, gorila!", "troglodita!" y vainas así. Eran tantas, pero taaantas, que los carajos se salieron. De pana, parecían un enjambre de abejas alborotadas!. Del mismo modo el llamado Willian agarró sus chécheres y se fue como botellazo'e puta

Luego, y sólo luego, volvió la paz al Burger King. Pero la chama y su carajito se dieron taaaanto postín, que al final se tuvieron que traer sus vergas para el carro y terminar de comer en el camino. Pero no me rendía,
el refresco que me compré no me tapó ni una muela, y el oloroso chamo pack (o como se llame) del carajito me tenia mareado y de verguita se lo arranco. Coño, quién me mandaria a ser shomer kashrut? Lo más duro del caso es que el carajito miraba para atrás y me decía "quieres?". Hijito de la grandísima puta...

Ya después seguimos el viaje hasta llegar a Caracas de lo más tranquilos, excepto la colita antes de entrar al túnel Los Ocumitos y listo. Bueno, listo, as in "ready", de pana que no. Ahora me toca bajar hasta Guarenas...por cierto, en todo el viaje no pillé al militar escupir chimó ni una vez y tampoco habló más. Esa vaina hay que escupirla, no?